YO NO SOY TONTO…EN BUSCA DEL ORIGEN DEL FRACASO ESCOLAR

      Como debe ser un Screening Comportamental infantil.

Desde un punto de vista Comportamental, el Aprendizaje y el Desarrollo, deberían ser valorados con un sentido multidisciplinar y con un conjunto de pruebas relacionadas y paralelas en el tiempo, que tengan en cuenta tanto las capacidades Perceptivas (el estado funcional de los sentidos), como los resultados del uso de las mismas, es decir las respuestas a esos estímulos y demandas, en especial, su capacidad, su potencia y su  flexibilidad de respuesta ante el entorno; en resumen valorar el Procesamiento Cognitivo.

No tiene sentido, analizar (como se hace actualmente), el nivel de aprendizaje y desarrollo del niño, incluso su comportamiento o estado emocional, sin tener en cuenta un estudio Perceptivo-Comportamental completo, que incluya junto con la valoración de los sentidos tradicionales Visión, Audición… la valoración del sistema Vestibular y el Propioceptivo, conformando un “todo” que justifique al desarrollo pleno de la cognición y por ende del aprendizaje y del comportamiento general del niño.

Por la misma razón, no tiene lógica, realizar estudios y pruebas aisladas, del estado funcional de ciertos sentidos, sin comprender (además), que no es necesaria una patología especifica para generar ciertas respuestas o comportamientos anómalos; por ejemplo una agudeza visual del 100% en cada ojo puede ser un problema en ausencia de una buena visión Binocular y 3D.

En realidad, es una especie de pescadilla que se muerde la cola, en la cual, la falta o mala estimulación en edades muy tempranas, generan déficit de desarrollo Perceptivo, lo cual genera a su vez respuestas y comportamientos anormales, que a su vez, supone una inmadurez del desarrollo cognitivo (memoria, atención…), emocional y afectivo; y como resultado un déficit del aprendizaje escolar y encaje social.

Por tanto, consideramos que una disfunción del aprendizaje suele implicar una inmadurez en las respuestas ante los estímulos externos, que siempre va unida a una disfunción o inmadurez (no siempre debe tener nivel de patología), de alguno o (en general), de todos los sentidos del niño.

En resumen, debemos considerar la inmadurez cognitiva (en si misma), como “el gran problema”; y deberemos analizar los problemas o carencias de desarrollo y aprendizaje de cada niño, buscando la causa en las “debilidades Perceptivas”, mediante estudios multifuncionales muy “finos” (visuales binoculares, auditivos biaurales, estudios psicomotrices…).

Igualmente, deberemos indagar en el origen de esa inmadurez y actuar desde ese punto y sobre el conjunto de los sentidos; repitiendo de nuevo (en muchos casos), ese camino hasta encontrar y revertir la situación que lo originó.

En el próximo post explicaremos como entendemos en Natural Visión un Screening Comportamental (SE-Nat), que garantice realmente, que el niño “puede” Aprender…