Ojo Vago: parche Vs terapia visual
La ambliopía consiste en una reducción de la agudeza visual sin que haya ninguna lesión orgánica que la explique. Puede ser binocular o monocular, y que también exista algún trastorno visual (como una miopía o hipermetropía altos), pero su presencia no justifica la pérdida visual por si sola.
Por lo general, es unilateral (ojo vago), y se genera por una carencia de estimulación visual apropiada en la etapa crítica del desarrollo ocular, lo que incide en los mecanismos neuronales responsables de la visión. En la mayor parte de los casos, el origen, es un defecto de refracción en ambos ojos (o asimétrico), que no ha sido diagnosticado o corregido durante la infancia.
Cuando hay una diferencia de capacidad visual considerable entre ambos ojos, el niño usa solamente aquel con mejor visión. Por su parte, el otro queda suprimido operacionalmente, aunque físicamente su estructura continúe igual. Esta anulación significa una pérdida de la agudeza visual de uno de los ojos y por tanto, de la visión binocular.
Hasta hoy, el tratamiento más habitual para esta afección es llevar a cabo una oclusión por periodos controlados del ojo que tiene buena visión para (de esta manera), estimular las vías neuronales del ojo “débil”.
Los problemas de la oclusión son varios:
- Resultados poco estables tras retirar el parche.
- La penalización del ojo dominante, puede generar ambliopía secundaria.
- Bajo desarrollo escolar y deportivo, al utilizar (solo), la visión monocular del ojo ambliope.
- No hay una mejora funcional de la binocularidad, por si misma.
Por todo ello, solo una Terapia Visual que acompañe a la oclusión y que la implemente con etapas de desarrollo Biocular y Binocular, puede garantizar una mejora en la funcionalidad visual y en el desarrollo de los niños.
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