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¿CREES QUE TU BEBÉ RAZONA?

 Pues sí, los bebés ya razonan…

Entre los 12 y los 19 meses, antes de aprender a hablar, un bebé, ya es capaz de elaborar deducciones lógicas. Por tanto, según un estudio publicado en Science, el origen del razonamiento no dependería del lenguaje o de la educación, como se pensaba hasta ahora.

Para determinar el origen del razonamiento, los investigadores expusieron a los bebés a un experimento de estimulación con secuencias de imágenes conocidas y mediante la técnica del eyetracking, analizaron el recorrido visual de los participantes y la dilatación de sus pupilas, considerada como una muestra de esfuerzo cognitivo.

La investigación, liderada por el Grupo de Investigación en Razonamiento y Cognición Infantil (RICO) de la UPF; destaca el cuestionamiento de teorías que parecían estar ya establecidas, gracias a nuevas tecnicas.

Barcelona 15 de marzo de 2018 na Martin y Luca Bonatti en el laboratorio donde se desarrollan sus experimentos Un estudio de la Universitat Pompeu Fabra UPF abre una ventana sobre los procesos de razonamiento de los bebes Foto Ricard Fadrique

 

 

 

¿RAZONAN LOS BEBÉS ANTES DE HABLAR?

Un  estudio de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), (http://science.sciencemag.org/content/359/6381/1214),plantea que no solo adquirimos la capacidad de razonar antes de lo que se creía, sino que esto tiene lugar incluso antes de aprender a hablar.

Ana Martín, investigadora de la UPF y autora del estudio, destaca: «Hemos encontrado lo que se denominan en inglés building blocks, es decir, las unidades fundamentales sobre las que se construyen pensamientos más complejoshasta ahora no sabíamos muy bien de qué manera funcionaba nuestro razonamiento y, sobre todo, de dónde salía”.

En el estudio (comenta), “nos hemos centrado en niños que aún no han adquirido la capacidad del habla, lo que nos permite estudiar el fenómeno del razonamiento en su estado más puro».

El estudio ha tomado como punto de partida niños y niñas de entre 12 y 19 meses, que aún no han adquirido la capacidad del habla ni han estado expuestos a entornos educativos.

Para hallar el origen del razonamiento, los investigadores expusieron a los bebés a al siguiente experimento:

En una pantalla se mostraban dos elementos diferentes, por ejemplo, una pelota y una flor. En un determinado momento, ambos objetos quedaban cubiertos por una barrera y, uno a uno, eran mostrados. Según la lógica, si primero se muestra la pelota, en segundo lugar deberá aparecer la flor.

Sin embargo, cuando esto no ocurría tal y como dicta nuestra razón, los niños y niñas se mostraban estupefactos con la incoherencia del resultado; y mediante la técnica del eyetracking, analizaron el recorrido visual de los participantes y la dilatación de sus pupilas, considerada como una muestra de esfuerzo cognitivo.

Indicios de razonamiento

Esta técnica, basada en unos sensores (eyetracking), permite saber hacia qué parte de los monitores bebés dirigen la mirada, además del tamaño y variación de sus pupilas en intervalos de 16 milisegundos.

En el planteamiento del experimento, cuando los participantes hallaban un resultado que no era el esperado, se podía observar un patrón específico de dilatación de la pupila y de exploración de la pantalla.

Muchos de ellos, mostraban gran sorpresa al encontrarse con un resultado diferente al esperado. En este sentido, Martín añade: «Es la primera vez que hemos podido observar en tiempo real el proceso de razonamiento en bebés».

Para los investigadores, analizar el proceso se planteaba como un reto en sí. La base del desafío era poder encontrar escenas sencillas, breves y que pudieran captar completamente la atención de los niños de entre 12 y 19 meses. De alguna manera, las escenas se planteaban como un problema en sí mismo. Por lo tanto, al observarlas, los participantes debían plantearse unas premisas, generar unas hipótesis, elaborar unas deducciones y validarlas.

En esta misma línea, Justin Halberda, de la Johns Hopkins University (Estados Unidos), comenta: «Algunos psicólogos evolutivos sugieren que, en cierta manera, los infantes pueden ser entendidos incluso como pequeños científicos dibujando hipótesis sobre objetos y causas». En este sentido, Martín añade: «Lo más importante es plantear escenas donde los niños y niñas no sepan que están haciendo tareas de razonamiento lógico, igual que pasa con los estudios centrados en adultos». Por otro lado, la investigadora añade: «Lo que nos interesaba es analizar cómo son estas estrategias de elaboración del razonamiento más allá de las diferencias entre niños y adultos. Hemos concluido que los patrones son muy similares, aunque haya diferencias temporales».

El siguiente paso

Lejos de zanjar el debate sobre el origen del razonamiento, el estudio plantea nuevas preguntas para futuras investigaciones. Ana Martín añade: «Seguimos sin saber de qué manera razonan los bebés, ya que sigue siendo un tema bastante complejo. No sabemos cómo hacen testing de las hipótesis, cómo representan la información en sus mentes o cómo comprenden el fenómeno que están observando». Para los investigadores, el siguiente paso será seguir indagando sobre las capacidades cognitivas humanas.

 

Fuente ElPeriodico (Valentina Raffio) jueves 15/03/2018

 

 

 

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