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Visión binocular en el desarrollo infantil

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La VISIÓN BINOCULAR, engloba muchas habilidades; no sólo está involucrada la vía visual, sino que también participan los demás sistemas corticales sensoriales y motores que componen al individuo.

Pero…¿Como evoluciona?

Imaginemos a un niño, cuya necesidad principal de supervivencia le lleva a desarrollar la capacidad cerebral de procesar al mismo tiempo dos imágenes diferentes, es el 1º Grado de Visión Binocular, la Visión Simultanea; la respuesta binocular más primitiva.

Como seres evolutivos, este nivel debe haber sido maravilloso, el poder estar analizando dos objetos al mismo tiempo, dirigido a qué hacer, cómo actuar, hacia dónde ir (luchar o huir), es decir una visión básica que ya le permite responder o iniciar una acción.

Desde la visión simultanea, puede analizar dos objetos al mismo tiempo, tiene la oportunidad de hacer comparaciones, diferenciaciones, clasificaciones y también le facilita la organización perceptual de todo lo que le rodea.

Después, nuestro niño sigue evolucionando, tiene que desarrollar otros grados o niveles de la visión, estimulado por las demandas y exigencias del medio ambiente.

Deberá llegar a un punto, donde las necesidades de supervivencia exijan ver de frente, observar, buscar, encontrar, conceptualizar todo lo que tienen enfrente, Fusionar las dos imágenes (es el 2º Grado).

Pero atención, aún cuando ya existe la fusión, seguirá utilizando la visión simultánea en el espacio visual periférico (campo visual), pues sólo se fusiona la parte que queda enfrente de los ojos; los campos visuales temporales formaran parte de una visión simultánea.

Después de la compleja observación repetitiva, es necesario saber que hacer con tanta información, dónde colocarla en el espacio y comienzan sus dudas acerca de todo, es decir se abre la conciencia.

El niño seguirá su andar, hasta que las necesidades evolutivas (si todo va según lo previsto), le impulsan hasta alcanzar el 3º Grado de visión binocular, la Estereopsis, la cual le exige tener una mayor coordinación motora y sensorial, para lograr captar hasta el más mínimo espacio perceptible.

Entonces podemos imaginar, a un niño mucho más observador, apacible, creativo, que comienza a adquirir conciencia de todo lo que le rodea.

Por tanto, en la ESTEREOPSIS, intervienen procesos mentales mucho más complejos como la observación, el cálculo y la meditación; ayuda a ir mas allá de lo palpable, a visualizar, inventar, crear, experimentar, descubrir, poner metas, objetivos en el espacio y el tiempo.

Esto no quiere decir, que el desarrollo de los tres grados de binocularidad sea la única manera de obtener los niveles de Aprendizaje y Desarrollo; pero hay que tener presente la importancia de la visión binocular, y entenderla como un complemento necesario de estos complejos procesos de aprendizaje.

Esta idea del Desarrollo Infantil, y nuestra inquietud como profesionales de la Optometría Comportamental, nos ha llevado al desarrollo de SE-Nat, una forma de EVALUAR EL ESTADO DE LA VISIÓN BINOCULAR de manera fácil, didáctica y segura.



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