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Dislexia Vs TDA-H… ¿DIS-TDA?

NIÑO PIZARRA

Dislexia, TDA, ¿son lo mismo?, ¿cual es su origen?…

La idea, es que ambos trastornos (con reflejo neurológico), tienen un origen muy temprano en el ámbito del desarrollo sensorial, que genera un pobre desarrollo neurológico de ciertas áreas del cerebro.

Después de 25 años siguiendo los trastornos de aprendizaje y sus variantes neuro-psiquiatricas, he detectado un empeño especial en poner nombre propio a ciertos síndromes, asociarlos con áreas disfuncionales del cerebro, y otorgarles un origen genético.

Pero que pasa cuando cogemos las definiciones de los últimos trabajos científicos sobre Dislexia y TDAH, y los relacionamos con una visión mas global…

La dislexia es una deficiencia de la lectura, la escritura y el aprendizaje. Su causa se suele relacionar con una alteración de las zonas cerebrales del lenguaje. Afecta a un 5% de los niños de 6 a 8 años, sobre todo varones. Se le atribuye una base genética (pero no hay ninguna demostración) y no está relacionada con la inteligencia. Sus manifestaciones son muy variadas, dependiendo de la edad del niño y de la intensidad del trastorno. Se pueden observar déficits en las funciones relacionadas con la memoria, el vocabulario, las áreas motrices, la atención y el habla.

El trastorno por Deficit de Atención e Hiperactividad (TDA-H), es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por la dificultad para prestar Atención, Impulsividad (actuar antes de pensar) y puede estar acompañado por Actividad excesiva. Afecta hasta un 10% de los individuos y suele detectarse de forma algo mas tardía.

A través de resonancias magnéticas funcionales, científicos revelaron que los disléxicos tienen un déficit en los mecanismos que facilitan la percepción, debiendo realizar un trabajo doble para adecuarse rápidamente a la situación.

En la etapa preescolar ya se pueden detectar alteraciones significativas en el lenguaje, la motricidad, la percepción y la falta de madurez en general, por lo que se requiere de un diagnóstico temprano para poder ayudar al niño oportunamente.

Hay áreas cerebrales especialmente complejas implicadas en el desarrollo cognitivo, el cual, además, se ve interferido por su interacción con el medio.

Concretamente la corteza parietotemporal implica el lenguaje (lateralización, lectores tardíos, dislexia, etc.) y la corteza prefrontal y las conexiones con el resto del cerebro implica el control cognitivo (déficit de atención, impulsividad).

Además, la maduración de conexiones permite circuitos ampliamente distribuidos que van de la corteza cerebral hasta el cerebelo, haciendo escala en el tálamo y los ganglios basales, e interconectan las diferentes áreas de ambos hemisferios.

El déficit en el control inhibitorio del impulso es lo que mejor define al TDAH, y es una función que corresponde al área prefrontal, La RMf ha demostrado en los niños con TDAH (ante tareas de inhibición), una hipoactivación de la corteza cerebral en el hemisferio derecho; ello ha puesto de manifiesto como el TDAH puede ser reflejo de una disfunción del proceso de maduración del lóbulo prefrontal.

Eso implica que, aunque pueden percibir el estímulo, e incluso demuestran una reacción a él, no lo procesan como señal interactiva.

Estos hallazgos de Mulas et al [11] apoyan la teoría de una disfunción frontal en el TADH, pero también que las disrupciones en los procesos límbicos tempranos pueden ser las responsables de los déficit en las funciones de un nivel superior. Es decir, puede que el origen del bajo desarrollo neurológico en los niños con TDAH y las disfunciones consecuentes, tengan un origen mas primitivo.

Estas evidencias permitirán en un futuro brindar una alternativa terapéutica específica a los diversos subtipos involucrados en la dislexia y el Trastorno de Atención, con o sin rigidez cognitiva, independientemente de que tengan o no hiperactividad; ello posibilitará la base para diferentes abordajes terapéuticos, no sólo en cuanto a lo farmacológico, sino también en cuanto a lo neuropsicológico.

¿Como se llega a la Dislexia o al TDAH?

Parece evidente a estas alturas, que hay diferencias neuro-fisiológicas (tamaño, volumen, actividad), en ciertas áreas del cerebro en niños con Dislexia o TDAH, pero como se ha llegado a esas diferencias no esta nada claro.

Para entender qué ocurre en el cerebro de un niño con dislexia, conviene explicar de manera sencilla cómo funciona éste. El cerebro humano está formado por dos hemisferios, derecho e izquierdo, que se comunican entre sí y cada uno está especializado en ciertas funciones.

El hemisferio izquierdo se especializa en los procesos de lenguaje, mientras que el derecho en la información visual y espacial. Además, no trabajan exactamente del mismo modo, sino que el hemisferio izquierdo procesa la información secuencialmente, o sea, unos datos tras otros; mientras que el derecho lo hace simultáneamente, o sea, muchos datos a la vez.

Al leer, se combinan los dos tipos de estrategias en el manejo de la información por ambos hemisferios. Pero en los niños Disléxicos, la disfunción en el hemisferio izquierdo y en la relación coordinada entre ambos, afecta la velocidad de procesamiento de la información; lo que incapacita al niño para procesar cambios rápidos de estímulos o sucesiones, tanto en el área visual como auditiva.

Damos así por supuesto, el mal funcionamiento neurológico, pero ¿y si hay un problema de base en la información sensorial, en la calidad de los estímulos que llegan (durante los primeros años del desarrollo), a las diferentes áreas del cerebro?

Sea cual sea el origen de ese mal procesamiento, el niño disléxico debe poner tanto esfuerzo en las tareas de lectoescritura que tiende a fatigarse, a perder la concentración, a distraerse y a rechazar este tipo de actividades, lo cual se puede interpretar a su vez como rasgos típicos del TDAH.

De ahí ,que tanto padres como educadores pueden calificar esta conducta como desinterés y presionan al menor para lograr un mayor esfuerzo de su parte, o tiendan a tratarlo como TDA; ignorando, que al realizar estas tareas, estos niños pueden sentirse como cualquier persona en una clase de chino.     

Todo educador perspicaz, sabe que se trata de síndromes muy complejos y debería estar atento a la aparición de algunas de las dificultades de la Dislexia enumeradas a continuación:
1- Dificultades para discriminar visual o auditivamente.
2- Dificultades para discriminar sonidos y/o símbolos.
3- Dificultades en la lectura, la ortografía y la escritura.
4- Dificultades en la discriminación e identificación de fonemas o sílabas.
5- Dificultad en la comprensión del texto leido.
6- Dificultad para escribir, aún contando con un buen nivel de lectura.
7- Déficit de memoria a corto plazo (de trabajo), frente a materiales visuales y auditivos.
8- Problemas en la secuenciación auditiva y sensorial.
9- Problemas de organización y autoadministración, en especial lo relacionado con el lenguaje escrito, los párrafos y redacciones.
10- Problemas con los símbolos y las operaciones matemáticas.

Pero además, deberá prestar atención a los signos de TDA-H, que ese niño pueda presentar:

-Generalmente está inquieto o se contorsiona, parece estar en constante movimiento. -Habla mucho, o demasiado poco. -Le cuesta participar en actividades tranquilas. -A menudo corre de un lado a otro. -Contesta antes de que terminen de hacerle una pregunta. -No tiene paciencia. -Tiene dificultad para esperar su turno o quedarse quieto en una fila. -Actúa y habla sin pensar. -Interrumpe a otros.

En resumen, seguimos sin poder afirmar que fue primero, la Gallina o el Huevo… la patología neurológica (genética), o una disfunción del desarrollo (de origen sensorial). Que fue primero, la Dislexia (problemas de procesamiento y cognitivos), o los problemas en las respuestas comportamentales (TDA-H).

Pero lo que si podemos afirmar es que la valoración sensorial precoz y la intervención muti-sensorial temprana es una de las mejores soluciones.

#LoNatural_es_VerBien NIÑA CON LETRAS